lunes, 1 de agosto de 2011

Resumen de Cronicas de una muerte anunciada

Santiago Nasar era el dueño de una hacienda de ganado llamada: El Divino Rostro, la cual, había heredado de su padre. Tenía 21 años recién cumplidos, era esbelto y pálido, tenía los párpados árabes y los cabellos rizados de su padre. El día que lo iban a matar despertó a las cinco y media de la mañana para esperar el buque que traía al obispo al pueblo. Se vistió igual de elegante que el día anterior ya que había asistido a una boda y hoy debía presentarse formal para la llegada del obispo.

Santiago acostumbraba a dormir con un arma escondida en la funda de su almohada pero aquél día la descargó antes de salir de su casa. Su madre, Plácida Linero, tenía una reputación muy bien ganada de intérprete de los sueños ajenos, pero no había advertido ningún mal augurio en los últimos sueños de su hijo, quien las últimas noches había soñado con árboles. Una vez que se despidió de ella se fue a la cocina, en donde estaba Victoria Guzmán, la cocinera, con su hija Divina Flor, a quien Santiago Nasar miraba con deseo. Pero su madre había sido seducida por el padre de
Santiago, Ibrahim Nasar, en su juventud y fue así como nació divina Flor. Ella no quería que le pasara lo mismo a su hija así que no permitía que se le acercara.

Ambas sabían que a Santiago lo iban a matar pero se quedaron calladas porque en el fondo querían que lo asesinaran. Santiago salió de su casa camino al puerto y vio que el único lugar abierto en la plaza (después de la fiesta por la boda del día anterior) era una tienda de leche donde estaban los dos hombres que esperaban a Santiago Nasar para matarlo. Eran gemelos: Pedro y Pablo Vicario, ambos de 24 años. Clotilde Armenta, la dueña del negocio, sabía que lo iban a matar y les pidió que dejaran el asesinato para después por respeto al obispo que iba a llegar al pueblo.

El puerto se llenó de gente, pero el obispo no se bajó del buque sino que los bendijo desde arriba y luego el buque se perdió de vista, el obispo odiaba aquel pueblo. Margot, mi hermana quien se encontraba en el puerto, era una de las pocas personas que ignoraba que lo iban a matar, de haberlo sabido se lo hubiera llevado a su casa aunque fuera amarrado. Ella se enteró un poco mas tarde de que iban a matarlo y del motivo. Fue por causa de Angela Vicario, la hermosa muchacha que se había casado el día anterior, había sido devuelta a la casa de sus padres porque el esposo (Bayardo San Román) encontró que no era virgen. Y lo único que se sabía con seguridad era que los hermanos de Angela Vicario estaban esperando Santiago Nasar para matarlo.

Bayardo San Román era un tipo raro que había llegado hace poco al pueblo y todo el mundo lo encontraba encantador. Era un hombre culto que parecía ser adinerado y andaba buscando en el pueblo alguien para casarse, ahí fue cuando puso sus ojos en Angela Vicario. La familia se tomó enserio que aquel hombre quería casarse con su hija y la hermana mayor le puso como condición que acreditara su identidad ya que nadie sabía mucho sobre él. Entonces Bayardo San Román no encontró nada mejor que traer a su familia.

Angela no quería casarse con él ya que consideraba que se esmeraba por impresionar a su familia en vez de seducirla a ella. Bayardo San Román compró la casa más bonita de la ciudad al viudo Xius quien murió de pena dos meses después por haberla vendido. La boda fue algo impresionante, asistió mucha gente y costó muy cara. Esa noche, cuando los recién casados debían estar en su casa nueva, golpearon a la puerta de la casa de los Vicario. Era Bayardo San Román que traía a Angela de vuelta a su casa, una vez que se hubo ido la madre de Angela la molió a golpes y a la mañana siguiente sus hermanos la obligaron a decirle quien había sido el que la había deshonrado entonces ella respondió: Santiago Nasar.

Iban a matarlo con unos cuchillos cocineros que pasaron a afilar donde el carnicero, entonces Pablo Vicario contó que iban a matar a Santiago Nasar, pero el carnicero no le creyó. Luego fueron a tomarse una botella de aguardiente en la tienda de Clotilde en donde también dijeron que iban a matar a Santiago, pero tampoco los tomaron enserio. Los hermanos Vicario habían contado sus propósitos a mas de doce personas que habían ido donde Clotilde para comprar leche y estas lo divulgaron por el pueblo. Al llegar a su casa, Santiago se acostó en su cama con la ropa puesta ya que una hora mas tarde tenía que ir a ver al obispo.

La autopsia que le hicieron posterior a su muerte reveló que le hicieron siete heridas mortales. El cuerpo fue devuelto destrozado totalmente, el informe decía: “Parecía un estigma del Crucificado”. Los hermanos Vicario fueron encerrados por el alcalde en un calabozo mientras se les ocurría que hacer con ellos. La familia Vicario se fue del pueblo. Los gemelos fueron absueltos y Pablo Vicario se casó con Prudencia Cotes y aprendió el oficio de su padre llegando a ser un orfebre depurado. Pedro Vicario sin amor y sin empleo, se reintegró tres años después a las fuerzas armadas. Para la inmensa mayoría sólo hubo una víctima: Bayardo San Román. Lo encontraron inconsciente en su cama, con botellas de alcohol por toda la habitación, estaba en el último grado de intoxicación etílica pero se recuperó en pocas horas. Una vez que recobró la razón los echó a todos y pidió que no lo molestaran más. Su familia fue en su búsqueda y se lo llevaron del pueblo en el buque.

Años después, traté de arrancarle la verdad a Angela Vicario porque nunca creí que entre Santiago y Angela hubiera pasado algo realmente, la versión más corriente era que ella estaba protegiendo a alguien a quien había amado de verdad y había escogido el nombre de Santiago Nasar porque nunca pensó que sus hermanos lo matarían. La verdad era que hablaba de su desventura con Bayardo San Román sin ningún pudor para disimular la otra desventura, la verdadera, que le abrazaba las entrañas. En una oportunidad que Angela acompañó a su madre a un hotel vio a Bayardo San Román y no pudo evitar volverse loca por él, desde ese día le envió cartas de amor continuamente. Un día, mientras Angela bordaba con sus amigas, sintió que alguien llegaba a la puerta. Era Bayardo San Román quien traía unas maletas que puso en el suelo. Aquí estoy, le dijo.

La mayoría de quienes pudieron haber hecho algo para evitar el crimen y sin embargo no lo hicieron, se consolaron con el pretexto de que los asuntos de honor son sagrados. Cuando por fin Santiago Nasar supo que lo iban a matar su reacción no fue de pánico, sino que más bien fue el desconcierto de la inocencia. Cristo Bedoya, amigo de Santiago, había ido ese día a decirle que lo iban a matar, pero no lo encontró en su casa. En el camino le preguntó a todo el mundo si lo habían visto pasar pero nadie le dio razón. Así era.


Mientras Cristo Bedoya lo buscaba, Santiago Nasar había entrado en la casa de Flora Miguel, su novia en donde el padre de ella le dijo que lo buscaban para matarlo. La gente se había juntado en la plaza y todos lo vieron salir, y todos comprendieron que ya sabía que lo iban a matar. Entonces, los hermanos Vicario lo vieron y salieron tras él quien corrió hacia la puerta principal de su casa. Plácida Linero, a quien la cocinera ya le había contado que querían matar a su hijo vio a los hermanos Vicario dirigiéndose a su casa con los cuchillos desnudos, pero no alcanzó a ver a su hijo quien también venía en esa dirección así que corrió hacia la puerta y la cerró de un golpe.

Santiago Nasar alcanzó a golpear la puerta pero enseguida se volvió para enfrentarlos, fue entonces cuando los hermanos Vicario lo mataron a cuchillazos...

FIN

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